Modelo liberal y modelo socialdemócrata. Reflexión crítica.

El modelo neoliberal se basa en el crecimiento económico supeditado a la iniciativa privada. Se procura “el mayor bienestar para el mayor número” (Kymlicka, 1995). Se mercantilizan las necesidades y se acepta que “la pobreza y los desastres medioambientales son oportunidades de nuevos ingresos”.

 

En el modelo socialdemócrata, sin embargo, se persigue un estado del bienestar con derechos garantizados y cobertura de necesidades. Pero éstos están supeditados al crecimiento de la productividad, de lo contrario se produce, como augura el neoliberalismo, una crisis fiscal del estado debido al gasto público empleado en lo social, y el posterior descontento de las clases medias respecto a la presión fiscal. Por lo tanto, el modelo socialdemócrata, en realidad, está simplemente dulcificando el capitalismo.

 

En ambos casos el trabajo social va a depender del Estado, en el modelo socialdemócrata con una intención de bienestar generalizado que apuesta por una garantía mínima. Mientras que en el neoliberal se ofrecerá a través de la privatización de los servicios con la consiguiente pérdida de derechos.

 

Así, como decíamos, la intervención social en el caso del sistema neoliberal estará supeditada no sólo al crecimiento económico, sino a las migajas que quieran dejar los intermediarios hasta llegar a la persona implicada en el desarrollo de la intervención. Por tanto, la perspectiva es catastrófica.

 

En el sistema socialdemócrata nos encontraremos con la dificultad de sostener el crecimiento sin mercantilizar la necesidad, ni privatizar los recursos. En caso de crisis económica como así ha sido, el sistema se cae, por tanto la perspectiva también es catastrófica.

 

En el mejor de los casos, el trabajo social puede convertirse de nuevo en movimiento social y masa crítica, favoreciendo un nuevo sistema alejado tanto del socialdemócrata, como del neoliberal.

¿Cuándo empezamos?

 

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